9/2/14

Desnudate para mi

Ya estoy perdida y apenas me tocó. Levanta la mano a mi rostro, y sus dedos se mueven por mi barbilla, la columna de mi garganta, mi esternón, abrasándome con su toque, hacía el primer botón de mi blusa azul.

-Quiero Verte. Exhala y con destreza desabrocha el botón. Inclinado, planta un suave beso en mis labios entreabiertos. Estoy jadeando y con ganas, suscitadas por la potente combinación de su cautivadora belleza, su sexualidad en bruto en los confines de esta cabina, y el suave balanceo de la embarcación. Él está de vuelta.

-Desnudate para mí - susurra, sus ojos ardiendo.

Estoy muy feliz de cumplir. Sin sacar mis ojos de él, poco a poco desabrocho cada botón saboreando su ardiente mirada. Oh, esto es algo embriagador! Puedo ver su deseo, es evidente en su rostro... y en otros lugares.

Dejo que mi blusa caiga al suelo y alcanzo el botón de mis jeans. Me siento al borde de la cama y en un movimiento fluido está de rodillas delante de mi, deshaciendo los cordones primero de una, luego de la otra zapatilla, tirando cada una fuera, seguidas de mis medias. Levanta mi pie izquierdo y lo alza, planta un suave beso en la yema de mi dedo gordo, y a continuación, roza los dientes contra él.

-Ah! -gimo mientras siento el efecto en la ingle. Se para en un suave movimiento, extiende la mano hacía mí, y me tira para arriba, fuera de la cama.

-Continua -dice y se pone de nuevo a mirarme.
Bajo con facilidad la cremallera de mis jeans y engancho con los pulgares en la cintura como en un desfile y luego deslizo los jeans de algodón por mis piernas. Una suave sonrisa juega en sus labios, pero sus ojos siguen siendo oscuros.
No me siento avergonzada en absoluto. Quiero ser sexy para este hombre. Se merece algo sexy, me hace sentir sexy.

Estoy usando mi nueva ropa interior, una tanga de encaje blanco y sujetador a juego de una marca de diseño con un precio demasiado elevado. Salgo de mis jeans y estoy ahí para él en la lencería que ha pagado, pero ya no me siento barata. Me siento de él.
Llegando atrás, desengancho el sujetador, deslizando las tiras por mis brazos y colocándolo en la parte superior de la blusa. Lentamente, deslizo mis bragas dejándolas caer a mis tobillos, y saliendo de ellas.

De pie delante de él, estoy desnuda y sin vergüenza, y sé que es porque me ama. No tengo qué ocultar. No dice nada, sólo me mira. Todo lo que veo es su deseo, su adoración incluso, y algo más, la profundidad de su necesidad, la profundidad de su amor por mí.

Se agacha, levanta el borde de su suéter de color crema, y tira de él sobre su cabeza, seguido por la camiseta, dejando al descubierto su pecho, sin apartar sus audaces ojos grises de los míos. Sus zapatos y las medias siguen antes de que agarre el botón de sus jeans.
Alcanzándolo, le susurro: -Dejame.
Sus labios se fruncen brevemente formando un ohh, y sonríe -Adelante.

Doy un paso hacia él, deslizando mis dedos sin miedo dentro de la pretina de sus jeans, y tirando por lo que se ve obligado a dar un paso más cerca de mí. Jadea involuntariamente con mi inesperada audacia, luego me sonríe. Desabrocho el botón, pero antes de bajar el cierre dejo vagar mis dedos, trazando su erección a través del suave pantalón de algodón. Flexiona sus caderas en la palma de mi mano y cierra los ojos un instante, disfrutando de mi tacto.

-Te estás volviendo tan audaz, tan valiente. -susurra y toma mi cara entre ambas manos, inclinándose para besarme profundamente.
Pongo mis manos en sus caderas, la mitad en su fría piel y la otra mitad en la baja pretina de sus pantalones.
-Vos también -murmuro contra sus labios mientras mis pulgares frotan lentos círculos sobre su piel, sonríe. -Sacalos.

Muevo mis manos en la parte delantera de sus jeans y tiro hacia abajo del cierre. Mis intrépidos dedos se mueven a través del vello púbico de su erección, y lo sujeto con fuerza. 
Hace un sonido bajo en su garganta, su dulce aliento lavando sobre mí, y me besa de nuevo, amorosamente. A medida que mi mano se mueve por encima de él, en torno a él, acariándolo, apretándolo con fuerza, pone sus brazos alrededor de mí, su mano derecha plana contra el centro de mi espalda y sus dedos propagándose. Su mano izquierda está en mi cabello, sosteniéndome en su boca.

-Oh, te deseo tanto, nena -respira, y de repente da un paso atrás para quitarse los pantalones y calzoncillos en un rápido y ágil movimiento. Es un hermoso espectáculo, dentro o fuera de su ropa, cada centímetro de él. 
-Qué pasa? -murmura y acaricia suavemente mi mejilla con sus nudillos. -Nada. Amame, ahora.

Él tira de mí hacia sus brazos, me besa, retorciendo las manos en mi cabello. Nuestras lenguas entrelazadas, me encaminan hacia atrás a la cama y suavemente me reduce en ella, siguiéndome hacia abajo de manera que él está yaciendo a mi lado.
Dirige su nariz a lo largo de la línea de mi mandíbula mientras mis manos se mueven a su cabello.
-Tenés alguna idea de lo exquisito que es tu olor? Es irresistible. 
Sus palabras hacen lo de siempre -llamean en mi sangre, acelerando mi pulso-, y él arrastra su nariz bajando por mi garganta, a través de mis pechos, besándome reverentemente mientras lo hace.

-Sos tan hermosa -murmura, mientras toma uno de mis pezones en la boca y succiona suavemente. Gimo mientras arqueo mi cuerpo de la cama.
-Dejame escucharte, nena.

Su mano se arrastra hasta mi cintura, y estoy en la gloria con la sensación de su tacto, piel con piel, su boca hambrienta en mis pechos y sus hábiles y largos dedos acariciándome, rozándome, apreciándome. Moviéndose sobre mis caderas, detrás de mi, y por mi pierna hasta mi rodilla, y todo este tiempo está besando y chupando mis pechos.

Agarrando mi rodilla, de repente tira de mi pierna, que se enreda sobre sus caderas, haci,endome jadear, y siento más que ver su sonrisa responder sobre mi piel. Me pasa por encima por lo que estoy horcajadas sobre él.

Me desplazo hacia atrás, tomándolo en mis manos, y simplemente no puedo resistirme a él en toda su gloria. Me inclino y lo beso, llevándolo a mi boca, mi lengua girando a su alrededor, y luego chupando. Se queja y flexiona la cadera por lo que está mas profundo en mi boca; mmm... tiene buen sabor.
Lo quiero dentro de mi. Me siento y lo miro, está sin aliento, la boca abierta, mirandome fijamente.

Extiende sus manos para mi. Tomo una y con la otra mano, me situó por encima de él, luego lentamente, lo reclamo como mio.

Él gime bajo en su garganta, cerrando sus ojos.
-Oh, lo que me haces sentir -murmura y me besa apasionadamente con ferviente ardor. Lo beso de vuelta, mareada con la deliciosa sensación de él enterrado profundamente en mí.
-Te amo -murmuro. Él se queja, como si le doliera escuchar mis palabras susurradas y se da la vuelta, me lleva con él sin romper nuestro valioso contacto, por lo que estoy yaciendo bajo de él. Envuelvo mis piernas alrededor de su cintura.

Se queda mirando hacia abajo con maravillada adoración, y estoy segura de que reflejo su expresión mientras acaricio su hermoso rostro. Muy lentamente, comienza a moverse, cerrando los ojos mientras lo hace y gimiendo suavemente.

La paz y la calmada tranquilidad del ambiente se rompen solamente por nuestro aliento mezclándose mientras  él se mueve lentamente dentro y fuera de mí, tan controlada y tan bueno, es celestial. Pone su brazo sobre mi cabeza, su mano en mi cabello y acaricia mi cara con la otra mientras se inclina para besarme.

Estoy arropada por él, mientras él me ama, moviéndose lentamente dentro y fuera, disfrutando de mi. Lo toco, sus brazos, su pelo, su espalda, su hermoso trasero y mi respiración se acelera mientras su ritmo constante me empuja más y más alto. Está besando mi boca, la barbilla, la mandíbula, y luego acariciando mi oreja. Puedo escuchar sus respiraciones entrecortadas con cada suave embestida de su cuerpo.
Mi cuerpo empieza a temblar. Oh... Esta sensación que ahora conozco tan bien... estoy cerca..oh!
-Eso es, nena... renuncia a ello por mi... Por favor- llamandome por mi nombre murmura y sus palabras son mi perdición.Digo su nombre en voz alta, él gime mientras ambos nos venimos juntos.

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