30/6/14

Nosotros, los empáticos

Ser empático es cuando te afectan las energías de otras personas, y tenes una capacidad innata de sentir intuitivamente y percibir a los demás. Tu vida está inconscientemente influenciada por los deseos, sueños, pensamientos y estados de ánimo de los otros. Ser empático es mucho más que ser muy sensible y no se limita sólo a las emociones. Los empáticos pueden percibir sensibilidades físicas e impulsos espirituales, así como simplemente saber las motivaciones e intenciones de los demás. O sos empático o no lo sos. No es un rasgo que se aprende. Estás siempre abierto, por así decirlo, para procesar los sentimientos y la energía de las otras personas, lo que significa que realmente sentís, y en muchos casos cargas con las emociones de los demás. Muchos empáticos experimentan diariamente cosas como fatiga crónica, sensibilidades al medio ambiente, o dolores y sufrimientos inexplicables. Estas son todas cosas que son más propensas a ser adquiridas de influencias externas y no tanto de uno mismo. Esencialmente, estás caminando por el mundo con toda la acumulación del karma, emociones y energía de los demás.
Los empáticos suelen ser triunfadores reservados. Se pueden tomar un tiempo para aceptar un cumplido; son más propensos a señalar los atributos positivos de otros. Son muy expresivos en todas las áreas de conexión emocional, y hablan abiertamente, y, a veces, son bastante francos. Pueden tener algunos problemas al hablar sobre sus propios sentimientos si otro quiere escuchar (sin importar lo mucho que escuchen a los demás).
Sin embargo, pueden ser exactamente lo contrario: solitarios y aparentemente insensibles. Incluso pueden aparecer ignorantes. Algunos son muy buenos para “bloquear” a los demás y eso no es siempre algo malo, al menos para el aprendizaje empático luchando con un aluvión de emociones de los demás, así como con los propios sentimientos.
Los empáticos tienen una tendencia a sentir abiertamente lo que está fuera de ellos más que lo que está dentro de ellos. Esto puede provocar que los empáticos ignoren sus propias necesidades. En general un empático no es violento ni agresivo y se inclina más hacia ser el pacificador. Cualquier zona llena de desarmonía crea una sensación incómoda en un empático. Si expresan palabras duras al defenderse a sí mismos, probablemente van a disgustarse por su falta de auto-control, y tendrán una preferencia por resolver pacíficamente el problema lo más rápido posible.
Los empáticos se inclinan más a tomar los sentimientos de los demás y proyectarlos sin darse cuenta de su origen. Ellos pueden desarrollar un grado aún mayor de entendimiento para poder encontrar paz en la mayoría de las situaciones. La desventaja es que los empáticos pueden reprimir las emociones y construir barreras gigantes a fin de no dejar que los demás sepan de sus pensamientos y/o sentimientos más íntimos.
Sin lugar a dudas, esta retención emocional puede ser perjudicial para la salud. Mientras por más tiempo uno no libere sus pensamientos y/o sentimientos, estos construyen más poder. Los pensamientos y/o sentimientos con el tiempo pueden convertirse en explosivos, si no paralizantes. La necesidad de expresarse con honestidad es una forma de sanarse y es una elección abierta a todos. No hacerlo puede resultar en una ruptura de la persona y en una inestabilidad emocional y mental, o la creación de una dolencia física o una enfermedad.
Los empáticos son sensibles a la TV, vídeos, películas, noticias y transmisiones. La violencia o los dramas emocionales que representen escenas impactantes de dolor físico o emocional en adultos, niños o animales pueden llevar a un empático fácilmente a las lágrimas. A veces, pueden sentirse físicamente enfermos o ahogarse en lágrimas. Algunos empáticos tienen dificultades para comprender tal crueldad, y pueden tener graves dificultades para expresarse frente a la ignorancia, mente cerrada y evidente falta de compasión de otros. Ellos simplemente no pueden justificar el sufrimiento que sienten y ven.
Vas a encontrar a más empáticos trabajando con personas, animales o naturaleza, con una verdadera pasión y dedicación para ayudarlos.
Los empáticos pueden ser excelentes narradores debido a una imaginación sin fin, mentes inquisitivas y conocimiento cada vez mayor. Pueden ser viejos románticos en el fondo y muy amables. También pueden ser los “guardianes” de los conocimientos ancestrales y de la historia familiar. Si no son los típicos historiadores de la familia, pueden ser los que escuchan las historias pasadas y que poseen la mayor parte de la historia familiar. No es sorprendente que hayan comenzado o posean un árbol genealógico.
Tienen un gran interés en la música para satisfacer sus muchos temperamentos expresivos. Algunos pueden preguntarse cómo los empáticos pueden escuchar un estilo de música, y en pocos minutos, cambiar a algo completamente diferente. Las letras de las canciones pueden tener efectos adversos, de gran alcance en los empáticos, sobre todo si son relevantes a una experiencia reciente.
Ellos son igualmente expresivos con el lenguaje corporal que con las palabras, pensamientos y sentimientos. Su creatividad se expresa a menudo a través del baile, la actuación, y los movimientos corporales. Los empáticos pueden proyectar una cantidad increíble de energía que describe y/o libera su emoción. Pueden perderse en la música, hasta el punto de estar en un estado de trance; se convierten en uno sólo con la música, a través de la expresión de sus cuerpos físicos. Ellos describen esta sensación como un tiempo cuando todo lo demás alrededor de ellos es casi inexistente.
A completos desconocidos les resulta fácil hablar con empáticos de sus cosas más personales, y antes de darse cuenta, han derramado sus corazones y almas sin proponérselo conscientemente. Es como si en un nivel subconsciente esa persona sabe instintivamente que los empáticos los van a escuchar de manera compasiva.
Pueden ser extrovertidos y entusiastas, así como altamente humorísticos en los momentos más insólitos! Por otro lado, los empáticos pueden tener cambios de humor que harán que otros alrededor de ellos quieran saltar por la borda y abandonar el barco. Los pensamientos y sentimientos empáticos que reciben de todos pueden ser tan abrumadores (si no se entienden) que sus estados de ánimo pueden fluctuar con la velocidad del rayo. En un momento pueden ser realmente felices y, de la nada, miserables.

Muchos empáticos no entienden lo que está ocurriendo en su interior. Ellos literalmente no tienen idea de que las emociones de otra persona ahora se sienten como propias y las reflejan hacia el exterior. Están confundidos en cuanto a por qué en un momento todo estaba bien, y al instante, se sienten tan deprimidos, solos, etc.
Los empáticos son a menudo solucionadores de problemas, pensadores e investigadores de muchas cosas. En lo que concierne a los empáticos, donde hay un problema, también hay una respuesta. A menudo buscarán hasta que encuentren una – aunque sólo sea por la paz mental. Esto sin duda puede resultar beneficioso para los demás en sus relaciones, en el trabajo, o en la casa. Donde hay voluntad, hay un camino y el empático lo encontrará. Las empáticos pueden literalmente (probablemente sin el conocimiento de lo que está ocurriendo en realidad) utilizar conocimiento universal y orientarse a la solución de cualquier cosa en la que ponen su cabeza y corazón.
Los empáticos a menudo son soñadores vivos y/o lúcidos. Pueden soñar en detalle y son inquisitivos acerca del contenido del sueño. A menudo sienten que de algún modo los sueños están vinculados a su vida física, y no son sólo un montón de imágenes sin sentido e irrelevantes. Esta curiosidad lleva a muchos soñadores empáticos a desentrañar algunos de los “misteriosos” contenidos de los sueños desde una edad temprana y a conectar la interpretación con la relevancia en sus vidas físicas.
Los empáticos son soñadores con dificultades para mantenerse enfocados en lo mundano. Si la vida no es estimulante, un empático va a entrar en un estado desconectado de la mente. Van a ir a alguna parte, a cualquier lugar, en un pensamiento que aparece alejado de la realidad física. Si un profesor imparte clases con poca o ninguna interacción emocional, los empáticos no serán receptivos a este tipo de enseñanza y pueden (inintencionadamente) derivar en un estado de ensoñación. Si se le da al estudiante empático un profesor que habla con estímulos y emociones (a través de la experiencia real de un tema determinado), serán receptivos y alertas. Los empáticos son un público cautivado. Este mismo principio se aplica en la actuación. Un actor puede cautivar a la audiencia a través de la expresión (en todos los aspectos) de emociones (como si en realidad experimentaran el papel que están representando) o los perderá por completo. Los empáticos pueden ser actores destacados.
Los empáticos con frecuencia experimentan “déjà vu” y sincronicidades. Lo que puede comenzar inicialmente como, “Oh, qué casualidad”, dará lugar a la comprensión de las coincidencias. Estas sincronicidades se convertirán en acontecimientos bienvenidos y en continua expansión. Las sincronicidades pueden provocar un sentimiento de euforia cuando los empáticos se identifican con ellas y aprecian la conexión a su naturaleza empática.
Los empáticos son más propensos a haber tenido experiencias paranormales a lo largo de sus vidas. Las NDS’s (experiencias cercanas a la muerte) y las OBE’s (experiencias fuera del cuerpo) pueden causar a un empático desprevenido un período de despertar y les da el impulso necesario para un viaje de descubrimiento. Los que quedan atrapados en la vida, en formas que dictan la sociedad, en el trabajo, etc, pueden perderse en una forma mecánica de vida que tiene muy poco sentido. Todos los “signos de orientación” se ignoran en este estado de “hacer”. Un camino para estar sano de nuevo se hace evidente y comienza la búsqueda de más significado en la vida.
Los empáticos pueden adoptar, sin saberlo, la actitud positiva o negativa de los demás como propia. (Sin embargo, esto puede ser superado.) Los empáticos pueden tener que seguir sus intereses en lo paranormal y lo inexplicable con el fin de explicar y aceptar sus circunstancias de vida.

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