7/11/15

No existe la falta de tiempo, existe la falta de interés.

Creo que no existe la falta de tiempo, que existe la falta de interés, porque cuando la gente realmente quiere, la madrugada es día, martes se vuelve sábado y un momento se vuelve oportunidad.
Quien espera, se decepciona y sufre. La verdad es que la falta de interés duele, y mucho. Va más allá de la decepción, son crueles punzadas de dolor en el estómago, como si algo por adentro  desgarrara el alma.
En el momento en el que nos hieren, no podemos hacer nada para aliviar ese dolor, es que mantener nuestra cordura con el abandono y la humillación ya es bastante complicado.
La verdad es que tanto el tiempo como los daños nos cambian, haciendo que lo que hoy teníamos ganas de compartir,  mañana no nos resulta tan atractivo. No obstante, esto no justifica la falta de sinceridad ni de correspondencia con los demás.

Otra de estas cosas es tambien aceptar la falsedad del tiempo vivido.
Tristemente, la falsedad y la hipocresía son tan resbaladizas que solemos encontrarlas en el rincón que menos esperábamos cuando ya es tarde. Normalmente, la esperanza de que alguien es lo que creemos conocer nos hace estar tranquilos cuando en realidad deberíamos mantenernos expectantes.
Entonces es cuando vienen los problemas, la verdad es que abunda la gente interesada y a nosotros nos cuesta abrir los ojos. Esto pasa porque nos resistimos a creer que alguien a quien consideramos indispensable en nuestra vida no sea sincero.
Normalmente, las personas falsas o interesadas son aquellas que ni comen ni dejan comer y que cuando les pedís  explicaciones se enervan intentando evadir la confrontación que les planteamos.

"Es probable que nos devoren con palabras envenenadas, de manera que nosotros, sedientos de encajar, alimentemos la esperanza de quien tiene una de cal y otra de arena."

A veces perdemos el tiempo insistiendo en ver a alguien que no hace nada por vernos y en forzar situaciones que creemos necesarias. Solemos caer en el error de buscar sin permitir que nos encuentren lo que al final resulta en un maltrato a nuestra dignidad.
Cuando nos damos cuenta de esto, hay algo que se rompe en nuestro interior y nos invade una ola de decepción, de miedo y de tristeza. En ese momento, nos percatamos de que no hay que esperar a quien no quiere ser esperado.
Entonces empieza todo un proceso de protección que requiere que recubramos nuestra vida de comprensión y que prohibamos la entrada a todas aquellas personas que nos lastimaron y se portaron de manera interesada.
La clave es mantener cerca de uno la mejor realidad conocida, tirar lo malo y lo cruel, no prestarle atención a las personas tóxicas.
Hay que rodearse de toda esa gente que  hace sentir que el mundo es un lugar que vale la pena y que tu caparazón solo está  para resguardarse en los días de lluvia. Rechazar en la vida a todos aquellos que hacen sentir menospreciado y que no  dedican ni un momento sin tener que rogarlo.

No esperes nada de nadie, espera todo de vos. El resto va a llegar cuando menos de lo esperes. 🙌

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